Laura Rivas Arranz
Novelas, cuentos y artículos
Historias escritas desde el bosque. Un bosque confuso —en ocasiones oscuro y propenso a las nieblas— que existe en el interior de todos nosotros. Un bosque encantado y bonito pero embrujado y terrible. Conviene ir a explorar los bosques, ¿te vienes?
Novelas
Rompecabezas
Pasos en la escalera
¿Qué dicen los lectores?
Desde el bosque
Novelas
Artículos
Historias salmantinas
Laura Rivas Arranz
¿Quién escribe esto?
Escribo porque a mi alrededor el mundo se agiganta a veces de tal manera que tengo que meterme en un libro. Dentro de una historia siento que estoy menos sola, que tengo muchos amigos y que a todos ellos vivir les parece tan difícil como a mí.
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Hoy destacamos…
Diario de la niña chica: cuando no meto gol
El diario de la niña chica recoge sucesos de la actualidad y de la vida cotidiana desde el punto de vista de una niña de tercero de infantil.
Hoy la niña chica nos habla de rabias y tristezas de guerras y de bombas:
Guerra es cuando un señor que manda mucho en un país se enfada con un señor que manda mucho en otro país. En vez de bajar al patio a pegarse entre ellos o en vez de ir a buscar a una maestra, como Lorena, que les enseñe a ceder hoy uno, mañana otro, y a perdonarse y a volver a ser amigos, mandan cada uno a cincuenta mil personas, para que se peguen, se den tiros unos a otros y para que suban con aviones a las nubes y dejen caer bombas desde allí.. [+]
¡Escucha! Los ruidos cuentas historias. Booktrailer de Pasos en la escalera. Próximamente, aquí
«Se está echando la niebla encima, es de noche, pueden salir lobos, pero los misterios se encierran ahí, y el que no baja al bosque que se despida, hace falta cerrar los ojos. Y tal vez rezar».
Lo raro es vivir
Carmen Martín Gaite
Últimos cuentos
Si quieres leer más historias, aquí hay más cuentos:
Una tarde que me caí, Raimon me salvó la vida
Las previsiones meteorológicas avisaban tormenta. Por eso el estallido del primer trueno a nadie sorprendió. Lo que ocurrió a continuación sin embargo no estaba en los pronósticos.
Madrugada tranquila en un barrio peligroso
En la penumbra del dormitorio viven los fantasmas. Lo sé porque si despierto entre la noche los oigo desplazarse y respirar.
Más allá de la Vía Láctea
El próximo fin de semana me voy para siempre. Miro a Nana sin comprender. Coge el bolsito que lleva bajo el brazo y lo abre.
Claros del bosque
Cayó la noche hace tanto tiempo, que pienso con demasiada frecuencia en los últimos rayos de sol que me templaron la vida. Era jueves. Caminaba por la Avenida de Poniente.
El año del transbordador
Vinieron a por mí en febrero. Dos funcionarios. Una mujer y un hombre con caras de frío y expresión amable. El timbre habia resonado con intensidad y tono extraños.
El día que se rompió el planeta
El día que el planeta se partió en dos yo estaba en el pasillo de lácteos del supermercado. El suelo tembló. De la estantería frigorífica brotó una cascada de yogures.
Boom
Yo estaba en la cocina. De espaldas a todo. Blandía la batidora contra un puñado de verduras, decidida a hacerlas puré. Cinco minutos antes había sonado el móvil.
La grieta
Hace doce meses una grieta partió por la mitad el jardín. La tierra se abrió en dos y emergió de la nada una sima profunda.
Noche de fantasmas
Se apaga un relámpago y la casa entera vuelve a hundirse en la oscuridad.
Robo en la biblioteca
El 2 de septiembre de 1984, alrededor de las 23:35, los vecinos de la calle Libreros escucharon un estruendo tan grande como una bomba.
Estrellarse
Caer no es un accidente. Es un acontecimiento inevitable que antes o después ocurre a todos. Nos lo repiten siempre los monitores de caída libre.
Vidas marcianas
Mi vecina Noa, la del octavo izquierda, se marcha de misión a Marte. Me lo acaba de decir en el ascensor Adrián, el del ático.
Diario de la niña chica: los reyes magos
Esta tarde he visto a los Reyes Magos. Pero ellos ni me han mirado. Y eso que he gritado para que me lanzaran un caramelo o una serpentina azul.
En el aire
Ha caído la noche sobre este día terrible. Entran por la ventana el rumor de los árboles, un incansable canto de grillo y el chapotear de la fuente en la plaza.
Diario de la niña chica: el niño del barco hundido
Hoy he visto en la televisión a un niño que ha estado a punto de morirse del todo en un barco que navegaba muy cerca de la isla del Giglio..
Valentina está decidida a matarse
El reloj de la catedral da las ocho de la tarde. Valentina cierra los ojos como si pudiera amortiguar de ese modo el estruendo de las campanas.
Diario de la niña chica: ola de frío polar
Dice Mamá que hay una ola de frío polar. Pero en el cole, hemos salido al patio a jugar igual que cuando no hay olas de frío polar,
Diario de la niña chica: no pienso tener novio jamás
Carlos Ruiz es un niño de mi clase que me ha dicho que soy su novia. Así, de repente, y sin consultar.
La nube
Hace ocho días tomé la decisión de salvar nuestros moribundos vídeos VHS. He ido a buscar el resultado a la tienda de fotografía. Los vídeos familiares caben en una memoria USB.
Diario de la niña chica: soy mala
Siempre he querido tener un diario. Se lo he pedido muchas veces a mis padres; muy seria y con las manos a la cintura.
Órbita marciana
El 19 de noviembre, la sonda espacial MRO orbita Marte en un cielo color caramelo.
Isla Veintidós
Por las noches, cuando llega el silencio y ululan las lechuzas, si tengo la fortuna de hallarme en casa, cierro bien puertas y ventanas.
Apocalipsis zombi
Limpiar la habitación propia entraña peligros tan grandes, que solo los más valientes guerreros se atreven a dar un paso al frente y a adentrarse en la zona.
La menguante luz de un cuarto de luna
La nevera sin cena me obliga a salir esta noche. Y no quiero. Esta noche no. Maldita nevera. Maldita cocina. Maldito mi caos doméstico tan salvaje.
Función de Navidad con niebla
Siempre hay una primera Navidad sin Navidad, un primer árbol sin luces, un altavoz que dispara a bocajarro el primer villancico que hiere
Especial Carmen Laforet
Nada de Carmen Laforet en el siglo XXI
Cuando el mundo conoció a Andrea, la protagonista de la novela Nada de Carmen Laforet, corría el año 1945. España estaba inmersa en la posguerra, rodeada de una guerra mundial que aún no había acabado, y vivía los primeros años de un franquismo que duraría décadas. Eran tiempos oscuros que, hasta cierto punto, no tienen ya tanto que ver con nuestros tiempos, aunque todas las épocas tienen su oscuridad.
Carmen Laforet vista por la prensa de su época
La joven escritora —tenía en el momento del suceso veintitrés años— se colocó a la cabeza de los novelistas españoles contemporáneos.
La isla y los demonios, la revolución feminista de Carmen Laforet.
La isla y los demonios narra el despertar de una niña a la vida adulta. Ese mundo lleno de convenciones represivas, hipocresía, machismo. El mundo donde los sueños no se hacen realidad y las personas nunca son lo que aparentan. La protagonista, Marta Camino, no se limita a ser testigo perplejo —como lo es Andrea en Nada— de los comportamientos miserables que la rodean, si no que los desenmascara, los condena y hasta los protagoniza, porque Marta también se ve arrastrada por los demonios.